Todo en él fue fugaz y repentino
como el vuelo de un pájaro silente
que en pleno cielo ni mudarse siente
la buena ruta que impidió el destino.
Vino el invierno y con la muerte vino
el silencio total. Quedó pendiente
lo que nunca se dijo, lo corriente
que debió haberse dicho en el camino.
Así la vida que con tanto celo
a la muerte custodia y siempre avanza
puso en tu boca inexpugnable velo.
Y ahora que el silencio es tu labranza
hermano que no estás, yo te interpelo
a que vuelvas vestido de añoranza.
Long Ohni
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