viernes, 12 de junio de 2009

Una niña despeinada














Con mucho amor a mi Hermanita Ana González en su cumpleaños
11 de Junio 2009.


Siempre de sus labios escuche la misma historia
mi madre que en su apuro se marcho sin despedidas
dejándola vacía sin saber a que lugar
se fue con sus caricias y el peine de su pelo
se marcho y su cabello hizo juego con su cara
una niña despeinada con el rostro sin lavar

Anita regalona con su llanto sin consuelo
no alcanzaron los pañuelos a secar su corazón
cuando un día no entendió a que sitio fue su madre
a buscar a un pequeñito que puso entre sus manos
¡este es tu regalo!, secándole los ojos
un beso en la mejilla
y un bebe a quien cuidar

¿Imaginas lo que fue?; ¡fiel pregunta en esta historia!
no le falta la memoria para hablar con emoción
con tan solo 5 años dejo a un lado sus juguetes
las muñecas sin latidos por un niño de verdad
un hermano que fue suyo
entre juegos y tareas sosteniéndolo en los brazos
lo envolvió en su capullo
arrullándolo con versos imprimió la melodía
con amor de poesía
le enseño a recitar
encerrando entre sus brazos a muchachas de su altura
con suspiros en su pecho
veneraron al poeta
sin saber que aquellos versos
una niña despeinada ya madura los creo

“Deja perderme en el pasaje del olvido
aquel que cruza el antiguo camino
que un día nos vio reír
Deja alejarme
entre la sombra de la noche
y no vuelva a recordar
que un día
en el otoño del pasado
sin quererlo y sin esperar
tu sonrisa cautivante
me enseño lo que es amar”
No fue Bécquer con sus rimas con nostalgia
no fue Neruda y su mar de caracolas
una niña
que en su pecho palpitaba poesía
amamanto con versos entregándole su amor
a un niño que en sus brazos
creció bajo su sol

"La tristeza y la soledad
acompañan mi inspiración
poemas tristes, oscuridad
como estrofas de una canción
no hay poetas sin tristezas
ni cantores hay sin voz
versos con simpleza escucha mi canción
a ti
dedico mi poesía
al amor que no olvidare
un sueño
una fantasía
por siempre
recordare

y el niño
con su madre despeinada con el rostro sin lavar
creció entre sus versos y esta historia que hoy relato
porque hay noches que en mi patio
me imagino como fue
a una niña que en sus brazos
sostenía a su bebe.

luis alberto gonzalez viera

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