jueves, 6 de agosto de 2009

EL REPRESOR

A Mario Benedetti

Mr. La Riegas, yo debo quejarme. O liberarme del odio. Bastante tengo. Contra tí, jamás urdí un complot homicida. Voy perdonando por la vida cada mierda que piso y cada paloma negra que me caga la cabeza.

Yo no soy Juan. Si no regreso, lo bautizas. Jamás he sacado un filero a ninguno.

Para agredir a los traidores, la Gracia irresistible aprovecha las manos de sus Furias. Ellas persiguen a los delincuentes. Las furias juzgan y reprimen a los criminales. Poco temo si soy inocente. Tampoco me abrogo el deber que no es mío, sino de las Furias. No me ofrezca tal empleo. Delincuente jamás. Mejor sufro a gusto. Si me la hacen, yo no me vengo. Y cuando me vengo, gozo… Dígale a la plana de los represores, que no me eche la biga tan gacho.

Bien sé que el malentendido es su culpa. El vengador se queja de las asociaciones que se formula. Nos mete en el mismo costal. Agua y aceite no se mezclan. Tenemos espacios muy definidos y separados dentro de la Zona del Caos y bajo los Túneles. El ofendido perdona, pero nunca el ofensor. Al inocente yo no la tocaría ni con el pétalo de una rosa. ¿Pero ellos?

19-07-1984 / Cuentos para esoteristas y otras menudencias


De: "Carlos Lopez Dzur"

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