La Princesa valluna, valkiria por excelencia,
dice ser aprendiz de poeta
y, mientras tanto, escribe este poema sinfónico
y lo hace con un doooo sostenido
y un encanto que asombra.
Yo que tuve en mis manos el bolso que ella
le regalara a Elisa
y el contacto con él fue como
si mis dos amigas se juntaran en una
y la emoción trascendió fronteras.
Yo con mis versos tosudos y tozudos
hilvanando sueños muestrarianos
en la noche del lunes casi martes
digo que la valluna es un milagro
envuelto en papel de poesía,
envuelto para regalo digo,
el más hermoso regalo.
La cigarra se desgarra con su propia garra
y, al resucitar entre ángeles y monstruos,
canta a lo Callas el villancico
que aprendí de niño
y jamás olvidé ni olvidaré.
Yo aplaudo a la Poeta valluna
con mis cinco manos
de quince dedos cada una
y espero ver sus libros publicados
junto a su sonrisa.
Jorge Luis Estrella
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