domingo, 13 de diciembre de 2009

A Raquel












Por ti aprendo que la fuerza

no sólo proviene de esqueléticas fibras

que se necesita más que eso

para echar a andar la rueda del mundo,

que la fuerza se agiganta

cuando se aloja en el alma,

que un suspiro es un tornado

cuando se inquieta la calma.

Por ti aprendo que una roca

no es tan fuerte para herirnos

y el corazón se protege

contra nefastos caminos.

Me demuestras que el magma

que en tu interior se cobija

hace erupción si es preciso

quemando todo a su paso.

Tu eres una montaña de límpida fortaleza

Sin detenerte ante nada luchas por tus ideas

No das lástima ni la pides,

lloras sin que te vean

libras batallas ajenas si crees que valen la pena

enarbolas la bandera de las ganas de vivir

con optimismo recorres el sendero de los días

sin precisar piernas, porque vuelas sobre él

te caes y te golpeas, y vuelves a intentarlo

sin desfallecer

sin pedir auxilio

sin dejar de sonreír,

con corazón delicado, gracioso y juvenil

en tu pecho de ángel llevas el gozo

de la esperanza y el existir

a pesar de las vallas que la vida te impuso

sobrepones esa fuerza, ese empuje,

esa garra

y te vuelves la montaña que se eleva

hasta el cielo

que no precisa andar pues todo

a su entorno observa

que se impone, se idolatra, se admira

y se venera.




dedicado a mi amiga "Raquel Luisa Teppich"

Liliana Varela 19/02/2007

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