martes, 24 de febrero de 2009

Escala Cósmica - Para Wolfgang Ratz











En mi país hay
ciudades fantasmas;
ciudades, huérfanas de lluvia
de aire seco que parte la piel
-es-
cementerio con cruces de madera
y flores de papel
donde ningún suspiro se queda sin eco,
donde los hombres entienden
el lenguaje del silencio,
-donde-
la lucha de las piedras
contra el viento
-son-
La luz de un sol infinito

Pueblos que no se ocupan
ni con muertos
-no son-
espejismos de esperanzas
que viven en medio del silencio
donde la humedad de la
camanchaca preña la yareta
y la arrogancia es una flor
donde la luz de la luna es tan clara
que descubre los secretos de las estrellas
y un mar metálico sumido en el misterio muestra
un horizonte de un nuevo amanecer

Hay ciudades donde la brisa nocturna
cierra los párpados y
besa los labios
valle del encanto donde el arado
hace saltar la tímida fragancia
de naranjales, limoneros,
violetas y pensamientos
donde los trigales brillan
bajo el sol estival
y los niños saborean la tierra
como una golosina

Puertos dotados de cerros jubilosos de luces
donde el transeúnte se siente
amo y señor del cielo y del mar
aquí siempre hay algo que hace soñar
unos ojos, unos labios, un hechizo
o la brisa que viene del mar
el graznar de las gaviotas
y las sirenas de las barcas despertando a la ciudad
o al trozo colgado del cielo a un nuevo amanecer

-hay-
puertos de brazos abiertos que siempre te esperan
para mostrarte un cofre de sueños , aventuras
a tantos niños descalzos jugando con pelotas de trapos

Ciudades donde una intensa lluvia
quiebra el cuerpo de la luna
y la reparte como espejos rotos
-en rumor multiplicado, y-
cientos de lagos para que se miren los cisnes de cuello negro
y el marinero apasionado que navega hacia el futuro

También hay ciudades
donde altos edificios desean besar el cielo
y las sombras del aire no deja ver el sol
ciudades que las cubre tan sólo
un débil fulgor de la luz melancólica de luna
donde una lejanía gris ausenta al habitante
de la aurora el ocaso y el jardín
centro (bullente) de gris metropolitano
de calles de efímeros placeres
tan llenas de monumentos a la sin razón.

Manuel Ramos Martínez

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