
La marea está subiendo. Siento el mar debajo mío.
El mar... Mi hogar, mi tumba...
No moriré enterrada en este suelo.
No me taparán con tierra hasta pudrirme.
Llegué a esta playa, para ahora hundirme.
En el abismo acogedor del agua insomne.
Como tu, Alfonsina, fuiste a tu destino,
Yo voy hacia la vida, o a mi sino.
La playa aún está cerca,
adelante, Alfonsina, yo te sigo.
Sólo en el fondo nos separaremos.
¿Quién te esperó, Alfonsina?¿Quié n me espera?
Yo no sé quién quedó, quién se ha perdido.
No importa.
Recorreré la mar, y buscaré en mi cielo.
Ya el agua me recubre.
Adiós, Alfonsina.
Están llamando.
Y dando un suspiro final
la ballena varada retomó su ruta.
© Carlos Adalberto Fernández
No hay comentarios:
Publicar un comentario