domingo, 10 de agosto de 2008

A Jorge Estrella




Canonicé hace un tiempo, entusiasmada,
tu talento incisivo, que rezuma
su audacia en cada rasgo de tu pluma:
eres San Jorge, el santo de la espada

¿Qué más puedo decir que, impresionada,
aún no te haya dicho? ¿Que me abruma
el genio que ¡clink, caja! a diario suma
valores a tu cuenta ya abultada?

Sansón de la poesía, tu abundosa
y seductora barba se me impone
como fuente vital de tus poderes.

Nunca te afeites, Jorge, no sea cosa
que al quedarte lampiño te abandone
tu sempiterna corte de mujeres.

(Yo me incluyo y con gusto he de llevarte
en mi auto a cualquier hora, a cualquier parte).


Cristina Longinotti

No hay comentarios: