miércoles, 19 de marzo de 2008

Presentación de "Bordando la despedida" de Elisabet Cincotta (para Río de Letras, sábado 15 de marzo de 2008).

Presentación de "Bordando la despedida" de Elisabet Cincotta (para Río de Letras, sábado 15 de marzo de 2008).



Elisabet es auténtica, como su poesía. Poesía que habla de la vida, -a veces descarnada y otras tierna-, poblada de sentimientos, como la vida misma.

"Bordando la despedida" está hilvanado con hilos de nostalgia. Es como detenerse en el trayecto y "volver la vista atrás", porque incluso las poesías expresadas en tiempo futuro vienen atadas a recuerdos y madurada experiencia. Dice el escritor Mauricio Rosencof –en boca de uno de sus personajes- que "vivir es una fiesta y sobrevivir trabajoso. (El enviado del Fuego). De ahí nace la nostalgia: de haber vivido. De ahí nacen también los detalles que iluminan su poesía: de movimiento, forma, color, perfume, sonido. Porque Elisabet cabalga nubes, pinta azahares y vides, nos trae las voces sonoras de los grillos, le pone nombre a las estrellas y llora guitarras o lágrimas de azúcar.

El escritor Gustavo Tisocco en el prólogo de "Bordando la despedida" y también la Licenciada Migdalia Mansilla en la nota de contratapa, hacen mención a la nostalgia que emana de los versos, pero también a la fuerza y la esperanza, a la huella que dejan sus palabras, muchas veces reflejo de nuestro propio sentir.



Elisabet Cincotta nació en Quilmes, pero hace muchos años que vive en Berazategui. Es docente y amante también de periodismo.

Además de este poemario personal, editado por la Editorial Mis Escritos, tiene otro compartido con el escritor chileno Luis Concha Henríquez: "Dos tonos para una cordillera" y actualmente prepara la edición de "De laureles y olivos". También participó de varias antologías. Ha sido finalista en varios certámenes poéticos; ha recibido premios y menciones.



Siempre escribió. Se define como "hacedora de versos". Dice que su poema "Decisiones" sintetiza su ser:



DECISIONES

"He decidido subirme al tren de los sensibles,
corazones que ríen y lloran sin vergüenza,
ser libre para amar sin impotencia
y perder la razón del compromiso.

Decirle no a la rutina inmersa
que hace fracasar la alegría,
encontrarme simplemente siendo buena,
amar igual de noche que de día.

Ser oyente silenciosa en tu consuelo,
dormir abrazada a los deseos que me guían,
latir al ver tu cara amiga
emocionarme con tu llanto y con tu risa.
Acompañar al ser que necesita de mis manos,
de mi abrazo y mi palabra.

Dejar brotar la lágrima fecunda
que terminará en la sonrisa prodigiosa,
contemplar tus ojos en los míos,
pensar que es hoy el último día de la vida
y disfrutarlo intensamente
sólo así sabiéndome tu amiga."

Patricia Ortiz

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