No te imaginas cuánto y de qué forma
llegaron tus palabras a mi oído,
frescas, danzarinas , con destellos
de áquel que sólo ama el interior.
Eras tú, Luis Alberto aquel poeta
que montando fantásticos cometas
acariciaba con sus letras las estrellas
y regaba de alegría el triste hoy.
Luis Alberto de palabras tan preciosas
hemos de abrir el alma al sentir de cada día,
enlodando cualquier tipo de agonía
suspirando por un verso con pasión.
Es el destino el sabernos tan abiertos
a ese intercambio que logramos como ciegos,
construyendo con sueños universos
desnudando lo que siente el corazón.
Liliana Varela
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