lunes, 14 de julio de 2008

CASAMIENTO DE ERIKA




He leído ayer vuestros mensajes
y os doy gracias por todo, sí, por todo,
me han emocionado de tal modo
que casi en llanto llegué a los reportajes.

Os contare los hechos de la boda:
ya el fotógrafo me traerá las fotos;
tengo los nervios un poquitos rotos
y es tanta la ansiedad que me incomoda.

Dejé la cama justo al dar las siete
y fui directo a la peluquería:
un semi-recogido yo quería
para que el velo bien se me sujete.

Con un tocado que eran blancas flores
me hice el reportaje ya mentado
y el velo que era velo amantillado
lucía entre mi pelo sus albores.

Hacia la Iglesia fue genial la ida:
de todo nos gritaban por la calle:
la portería parecía un valle
por tanta flor en son de bienvenida.

Después, rumbo al altar, emocionada,
del brazo de mi padre iba temblando
y Juanjo, como un Dios, allí esperando,
y la marcha nupcial, desenfrenada.

Nos casamos a nosotros mismos:
novios y sacerdote en el sincero
instante de decir "te quiero"
sin dudas, sin bemoles ni eufemismos.

Luego, más fotos con los invitados,
el corazón ubérrimo, exultante,
regocijados en el restaurante,
en el jardín también regocijados.

Recordaré este día eternamente,
pensando en él, de gozo, me estremezco
y a todos ustedes agradezco
el haberme acompañado virtualmente.

Jorge Luis Estrella

martes, 8 de julio de 2008

Para Cris




Quisiera ser Dios, para que tus sonetos
se conocieran en todo el Universo.
Haría que los leyeran, verso a verso,
por medio de uno, cien o mil decretos.

Las putas, por ejemplo, simplemente,
al eco del amor y la belleza,
alzarían al cielo la cabeza,
convertidas en puras, de repente.

En los Geriátricos, donde los ancianos
parecen carne loca y olvidada,
a partir de tu magia inusitada,
les nacerían flores en las manos.

Pero, debo admitir que he fracasado.
No soy Dios, ni Héroe, ni Profeta;
soy alguien que se las daba de poeta
y que se inclina ante tu don sagrado.

Jorge Luis Estrella